Al analizar las peculiaridades del sistema educativo mexicano, Eduardo Backhoff Escudero, presidente de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, expone siete medidas que sería necesario instrumentar para ofrecer servicios educativos de calidad a toda la población.
¿Cómo calificaría usted nuestro sistema educativo en relación con otros países?
De acuerdo con los rankings de PISA 2015 nos ubicamos cerca del lugar 57 de los 72 países que participaron en esta evaluación internacional de logro educativo; por debajo del promedio de los países de la OCDE y por arriba del promedio de los países de Latinoamérica; por abajo de Chile y Uruguay; a la par de Colombia y Costa Rica, y por arriba de Brasil, Perú y República Dominicana. Sin embargo, cuando se considera el nivel socioeconómico de los estudiantes mexicanos los resultados educativos del país son equivalentes a los de otros países con desarrollos económicos similares.
Partiendo de la idea de que cada país es distinto y de que cada sistema educativo debe responder a las características de poblaciones diferentes, ¿qué medidas de otros países valdría la pena instrumentar en México?
- Primero, lograr atender al 100 por ciento de los estudiantes de la educación obligatoria, desde preescolar hasta educación media superior (EMS).
- Segundo, cumplir con la normalidad mínima en cada una de las escuelas del país. Esto implica que se impartan clases el 100 por ciento de los días del calendario escolar, que los docentes cumplan con la responsabilidad de asistir a clases puntualmente, que se cumpla la jornada escolar y que se cumplan eficientemente los objetivos de aprendizaje que se establecen en los planes y programas de estudio.
- Tercero, asegurar que todos los profesionales de la educación tengan una formación inicial de excelente calidad.
- Cuarto, asegurar que los mejores profesionistas sean los que ingresen al servicio educativo (público y privado) a través de concursos de oposición.
- Quinto, contar con programas de formación continua que garanticen que los docentes se actualicen y que a los mejores docentes se les reconozca de diversas formas (con mejores condiciones de trabajo, programas de formación en el extranjero, estímulos económicos, etcétera).
- Sexto, implementar un currículo basado en pocos contenidos que se aprendan en profundidad y que privilegien la adquisición de habilidades de razonamiento y la solución de problemas, sobre la memorización.
- Séptimo, asegurar que todos los centros escolares tengan la infraestructura, el equipamiento y los materiales pedagógicos óptimos para el aprendizaje.
¿Cuál es principal problema que enfrenta hoy en día nuestro sistema educativo?
Primero, no se ha logrado una cobertura universal de la educación obligatoria, especialmente en los niveles de preescolar y de EMS. Además, los servicios educativos que se ofrecen en el país son muy inequitativos, especialmente entre las poblaciones empobrecidas y de mayor marginación. Igualmente, es muy deficiente la formación inicial de los docentes, así como la formación continua, una vez que se encuentran en servicio. Asimismo, el sistema educativo en la práctica funciona con base en esquemas corporativistas y clientelares, muy alejado de una lógica basada en el mérito, donde se premie el esfuerzo y los buenos resultados educativos. Finalmente, las reformas educativas que se implementan en el país tienen alcances sexenales y no son de largo aliento.
Si en sus manos estuviera hacer una sola reforma educativa en el país, ¿cuál sería?
Ofrecer servicios educativos de calidad a toda la población, especialmente a la de mayor marginación, asegurando un esquema distributivo compensatorio. Es decir, dar más a quien más lo necesita, lo que se traduce en contar con mejores docentes, mejores instalaciones y equipamiento, y mayores recursos económicos. Sin embargo, esto no sería posible si no se desmonta el funcionamiento clientelar y corporativista del sistema educativo mexicano y se remplaza por uno basado en el mérito de las personas, como lo propone la actual reforma educativa.
¿Le parece que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tal como está diseñado, podrá responder a las expectativas que se tienen de él? ¿Qué le cambiaría?
El INEE tiene un buen diseño institucional y cumple con sus responsabilidades básicas. No obstante, la arquitectura normativa del INEE en materia de evaluación de profesores, en el marco del Servicio Profesional Docente, es muy compleja e intrincada, condición que hace que se confundan las atribuciones que tienen el INEE y la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la materia. Por eso, en algunos casos las expectativas que se tienen acerca del INEE no son realistas, toda vez que no corresponden con sus funciones. En consecuencia, no haría un cambio en el diseño del INEE, pero sí es necesario realizar una campaña de información efectiva para aclarar al público cuáles son las atribuciones del INEE y cuáles las de la SEP en materia de evaluación educativa. De esta manera, las expectativas de la gente serían más realistas y apegadas a las atribuciones y responsabilidades que tiene el instituto.
Eduardo Backhoff Escudero es licenciado en psicología y doctor en educación por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1990 (nivel II) y docente del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Fue responsable del desarrollo de los Exámenes de la Calidad y el Logro Educativos (EXCALE) del INEE, que se usan para evaluar la calidad del sistema educativo de México en el nivel básico.
Entre sus principales cargos se encuentran: profesor de la carrera de psicología en la UNAM, investigador titular de la UABC, director del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo de la UABC, director de Pruebas y Medición del INEE, editor científico de la Revista Electrónica de Investigación Educativa y, actualmente, presidente de la Junta de Gobierno del INEE.
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