La Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia es la dependencia de la UNAM designada para impulsar la creación, el desarrollo y la evaluación permanente de los modelos y las metodologías de enseñanza y aprendizaje en las modalidades abierta y a distancia. Su titular, Francisco Cervantes Pérez, explica cómo el uso apropiado de tecnologías digitales en educación superior facilita el acceso a personas en condiciones de alta marginación y pobreza.
¿Hacia dónde se orienta la educación a distancia en general y en la UNAM en particular?
En las instituciones de educación superior (IES), la educación a distancia en general se orienta, igual que las otras modalidades, hacia la atención de necesidades y retos que genera un desarrollo dinámico en la sociedad a la que sirven, mediante la preparación profesional de ciudadanos con pensamiento crítico, alto nivel académico y sólida formación integral humanista, que les permita integrarse a una sociedad en libertad donde contribuyan al desarrollo social sustentable de los individuos, incluidos los grupos tradicionalmente desfavorecidos, y al respeto por la conservación del planeta.
En esta época, en general, la sociedad se caracteriza por los elementos que constituyen la Revolución Industrial 4.0: uso intensivo de tecnologías digitales, nanotecnología, realidad aumentada y virtual, inteligencia artificial, telemedicina, robótica, entre otros, así como por la nueva economía mundial —donde la inequidad y la exclusión social son cada vez más marcadas— y por una serie de problemas mundiales como terrorismo, cambio climático, etc. En resumen, los retos son complejos y de gran diversidad.
¿Cómo afronta la UNAM este contexto que describe?
En la UNAM hace ya mucho tiempo que la capacidad de su infraestructura física ha sido rebasada por la demanda anual para nuevo ingreso en los niveles de bachillerato y licenciatura. Así, desde 2005 la educación a distancia se ha orientado hacia la consolidación del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAED), creado como Sistema Universidad Abierta (SUA) en 1972, mediante el cual, paulatinamente, en la UNAM se ha potenciado la capacidad de sus entidades académicas para contribuir al aumento de la matrícula y la cobertura territorial, así como a mejorar la atención del rezago educativo. Lo anterior, con un enfoque de inclusión y justicia social, en especial para disminuir la desigualdad en el acceso a la educación superior de personas con alguna discapacidad o que viven en zonas de alta marginación o rurales.
¿Cómo se han transformado los procesos educativos a partir de la incorporación de las tecnologías?
La posibilidad de incorporar tecnologías digitales en los procesos y servicios asociados a la educación estimula la innovación educativa que puede transformarlos de manera significativa. Podemos revisar tres ejemplos que han potenciado la interacción profesor-estudiante.
Primero, en la modalidad tradicional esta interacción se lleva a cabo con todos en el mismo lugar, o sea, en el salón de clase, y a la misma hora. Con el desarrollo de sistemas para la administración del aprendizaje (LMS, por sus siglas en inglés) se amplificó la gama de posibilidades, tanto espacial como temporalmente, para realizar este tipo de interacciones.
Segundo, el “aula virtual”, con videoconferencias en internet, permite impartir clases donde un grupo de estudiantes y su profesor pueden estar en diferentes lugares, aunque deben estar conectados a la red al mismo tiempo.
Tercero, la combinación del concepto de la “nube” con el modelo académico de “cursos masivos abiertos en línea” (MOOC, por sus siglas en inglés), el uso de videos con herramientas de educación a distancia y la evaluación de pares, lo cual permite que cientos de miles de personas puedan tomar el mismo curso de manera simultánea.
¿Qué características debería tener un modelo educativo para la educación mediada por tecnologías?
La caracterización del modelo educativo mediado por tecnologías, en mi opinión, podría ser: primero, basarse en la innovación educativa y tecnológica, para ofrecer educación para todos, que sea pertinente y que cuente con procesos y servicios educativos de calidad; segundo, poseer gran flexibilidad para atender las necesidades de cada estudiante, esto es, contar con ambientes individualizados de aprendizaje; y, tercero, instrumentar una combinación de lo mejor que ofrecen la educación presencial, la educación a distancia y el modelo dual.
¿Considera que la educación mediada por tecnologías propicia la inclusión de grupos y personas en situación de vulnerabilidad?
Por supuesto que sí; el uso apropiado de tecnologías digitales en educación superior facilita el acceso a personas en condiciones de alta marginación y pobreza, con alguna discapacidad o que habitan en zonas rurales o en comunidades indígenas. Sin embargo, lo que garantiza la inclusión de estos grupos en situación de vulnerabilidad es el trabajo coordinadado de la academia, el gobierno, la empresa y la sociedad civil en su conjunto. Un ejemplo es un proyecto de la UNAM en el que, en colaboración con la asociación civil FONABEC, Fundación UNAM y varias presidencias municipales de algunos estados de la República, se ofrece el bachillerato a distancia de la UNAM (B@UNAM) en zonas rurales del país.
¿Cuáles son los principales retos que tienen las instituciones educativas para generar una cultura digital entre la comunidad?
Dos de los retos más importantes serían: por un lado, la limitación que tiene la mayoría de la población en el acceso a redes de banda ancha, y, por otro, su falta de capacitación en el uso de tecnologías de la información y el conocimiento en actividades de la vida cotidiana. El primer punto se resolvería con leyes que reconozcan el acceso a internet como un derecho ciudadano; mientras que para resolver el segundo, la educación a distancia es el mejor camino.
Francisco Cervantes Pérez es ingeniero mecánico electricista con especialidad en sistemas eléctricos y electrónicos por la Facultad de Ingeniería de la UNAM y maestro en ingeniería eléctrica con especialidad en electrónica digital y microprocesadores por la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Asimismo, realizó su doctorado en ciencias de la computación y de la información en la Universidad de Massachusetts.
Es investigador asociado C en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM e investigador titular A en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico, también de la UNAM. En septiembre de 2013 fue distinguido por la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote, Perú, con el título de doctor honoris causa.
Fue director de la maestría de tecnologías de información y administración del Instituto Tecnológico Autónomo de México y rector de la Universidad Abierta y a Distancia de México, de la Secretaría de Educación Pública; asimismo, durante dos periodos ha sido coordinador de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la UNAM.
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