Violeta Miguel Pérez y José Luis Blanco López
Wolters Kluwer, 2019
Nuestro cerebro es extraordinariamente plástico, pues es capaz de cambiar su estructura de forma determinante a lo largo de la vida de la persona. Las experiencias —especialmente las de aprendizaje— modifican nuestro cerebro continuamente, creando, fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas. Todo ello reafirma el convencimiento de que hay que confiar en la influencia positiva que ejercen sobre el individuo los procesos educativos.
Para diseñar planes y técnicas pedagógicas capaces de mejorar la calidad de los procesos educativos, así como de los resultados medidos en términos de competencias, resulta cave un profundo conocimiento del funcionamiento del cerebro y de los procesos cognitivos.
Si la neurociencia es importante para la educación de cualquier niño y joven, la trascendencia de estos avances científicos es especialmente valiosa para todos aquellos que presentan algún tipo de trastorno del aprendizaje o del desarrollo neural (autismo, déficit de atención con hiperactividad, etcétera).
Necesitamos conocer y mejorar las posibilidades reeducativas de los trastornos y las dificultades de aprendizaje, así como comprender y apoyar a los alumnos de altas capacidades. La neurociencia es la clave del cambio.
Este manual está dirigido fundamentalmente a inspectores de educación, equipos directivos, docentes y padres. Entre los temas abordados en los capítulos de la obra destacan: implicaciones educativas de la neuropsicología, aportaciones de la neurociencia al concepto de inteligencia, el papel de inspector de educación ante las aportaciones de la neurociencia, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, la inspección educativa en el tratamiento del trastorno del espectro autista, neurociencia y bilingüismo, y la competencia profesional del inspector de educación.
Este manual contribuirá a la mejora de la práctica educativa, ayudará a los equipos directivos a sacar el máximo provecho de la neurociencia a la hora de implementar planes y técnicas pedagógicas y facilitará igualmente a los inspectores de educación su labor de supervisión y asesoramiento docente.
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