En este número sobre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), El Mundo de la Educación se erige como una tribuna en la que diferentes actores se pronuncian en su defensa o por el límite de sus funciones, o bien expresan su escepticismo acerca del papel que jugará en el presente gobierno y en el futuro de la educación en México.
A lo largo de esta edición leeremos sobre la innegable importancia del sindicato de maestros en la vida política del país, Sobre su fuerza y su poder, tanto de facto como perceptual, pues alimenta el imaginario del ciudadano por su constante presencia mediática. Intuimos que todos estamos en un cruce de caminos: ¿qué sigue? Vacilación que emana de una historia contada por los diversos interlocutores, cuyas opiniones recoge este número. Una historia de encuentros y desencuentros, de continuidad y de disrupción, de aspiraciones laborales pero también pedagógicas, pues en relación con las reformas educativas de este siglo se parte del derecho “a intervenir con responsabilidad en materia de nuestro trabajo y quehacer”. Los expertos aseveran que el título de docente no se gana simplemente cuando se obtiene una plaza, sino mediante la formación continua y el ejercicio diario de la profesión.
El secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, asevera que, precisamente en negociación con el presente gobierno, se ha logrado la formación continua para profesores, además de haber conseguido beneficios salariales y prestaciones que se hallan por encima de la inflación, es decir, derechos laborales y de actualización; logros con los que todos estamos de acuerdo. Pero ¿debe el sindicato opinar en la cuestiones pedagógicas, en la didáctica y en el contenido del currículo? En la la encuesta que se publica en este número diversas actores sostienen que, sobre temas técnico-pedagógicos, los maestros son quienes deben asumir ese papel, y no el sindicato de manera exclusiva.
En el seno la sociedad, en general, existe irritación y preocupación por el papel de los sindicatos que, más allá de su función promotora de los derechos laborales, deberían ser estructuras para pugnar por beneficios materiales, organizativos y políticos.
En el ámito de la academia hay desasosiego por el eventual retorno de viejas prácticas; por ejemplo, la injerencia de los líderes del SNTE en la selección, la promoción y la recompensas a los docentes. Si esto ocurriera, se augura el fortalecimiento de las relaciones corporativistas. ¿Habrá más retórica que resultados? ¿La CNTE es la ganadora de los enfrentamientos recientes? Es muy pronto para afirmarlo —opinan algunos con cautela— “porque no existe un diagnóstico de la reforma anterior, ni un dictamen imparcial del modelo educativo que se propone”. Por otro lado, no hay claridad en cuanto a cómo y cuáles serán las evaluaciones que determinen qué hay que corregir y qué aspectos hay que mejorar, pues un sistema educativo, para cumplir con el alumnado debe estar sujeto a una evaluación sistemática.
Frente a este incierto panorama, con muchas cuestiones por resolverse, el docente prosigue su diaria y silenciosa labor, que tiene otros tiempos diferentes a los de los debates. ¿Qué significa ser docente hoy en día? Seguir realizando el trabajo diario con esfuerzo, entrega y calidad (o excelencia), enseñando algo más que el contenido de las materias y de los libros de texto, que enseñe cómo enfrentar los problemas de la vida diaria. Por lo anterior El Mundo de la Educación ofrece, en esta edición, un dossier con opiniones y experiencias de enseñanza con base en videos, música y ejercicios para enseñar valores y habilidades socioemocionales.
La reseñas de libros incluidas en esta edición, como el reciente Politics of Education in Latin American, de Carlos Ornelas, o Pedagogía de la alegría, de Héctor Lerma Jasso, abordan dos temas fundamentales que cierran el año 2019.
Pilar Baptista Lucio
Presidenta del Consejo Editorial
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