A finales de 2012 se inició un intenso debate legislativo en el que se escucharon voces de todos los sectores. La finalidad era impulsar, debatir y aprobar la reforma constitucional en materia de educación, cuyo decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de febrero de 2013.
Esta reforma fue una de las más controvertidas del sexenio, dado que arrebató al sindicato una serie de prerrogativas que, a la fecha, una importante sección de éste no se resigna a perder. La reforma está basada en tres pilares fundamentales: la capacitación docente, el modelo educativo y las escuelas dignas equipadas.
La capacitación docente ha sido el elemento de la reforma más complicado. Exigió crear, a nivel constitucional, un servicio docente, cuya operación se señala y se explica en la Ley General del Servicio Profesional Docente, promulgada más tarde.
Dicho servicio depende de evaluaciones en virtud de las cuales cualquier docente podrá ingresar, obtener una promoción y permanecer en el servicio público educativo, así como tener acceso a una capacitación constante.
El Servicio Profesional Docente está enfocado en establecer un marco de inclusión y diversidad para mejorar la calidad de la educación y el desarrollo integral de los educandos. El nuevo servicio busca mejorar y asegurar un nivel suficiente de desempeño en la práctica profesional, no con base en actividades políticas o gremiales, no como premio por asistir a un mitin, sino en la evaluación, la idoneidad de los conocimientos y las capacidades del personal docente, directivo y de supervisión. Se basa en calificaciones que miden los conocimientos mediante pruebas estandarizadas.
En lo que al modelo educativo se refiere, éste busca innovar el mapa curricular y las estrategias didácticas para que los niños aprendan a aprender.
Se busca que los pequeños cuenten con una progresión de lo aprendido, desde preescolar hasta bachillerato, y se incorpora el desarrollo de habilidades socioemocionales de los estudiantes. Se contempla un espacio curricular para que las escuelas ejerzan mayor autonomía, adaptando y desarrollando contenidos educativos a las necesidades y los contextos específicos de los estudiantes y su medio.
Respecto de las escuelas dignas y equipadas, es imprescindible mencionar el Programa Escuela al Cien, a través del cual se busca dignificar la infraestructura física educativa para que los estudiantes tengan mejores escuelas. Con dicho programa se inició la rehabilitación de las condiciones físicas o de equipamiento de las escuelas más necesitadas de todo el país, atendiendo a ciertas áreas prioritarias como la seguridad estructural y las condiciones generales de funcionamiento, sistema de bebederos, accesibilidad para asegurar la inclusión de personas con discapacidad a las instalaciones educativas, servicios sanitarios, mobiliario y equipo, áreas de servicios administrativos, infraestructura para la conectividad y espacios de usos múltiples.
Los pilares mencionados tienen como finalidad fortalecer el Sistema Educativo Mexicano y beneficiar, de forma directa, a más de 30 millones de alumnos de educación básica y educación media superior, así como ofrecer oportunidades de desarrollo y acceso a estímulos y recompensas a casi un millón y medio de docentes que imparten clases dentro de la educación obligatoria.
Fortalecer el Sistema Educativo Mexicano, por tanto, debe ser prioridad del Estado mexicano para que, a partir del mismo, el gobierno, en coordinación con la iniciativa privada y la sociedad, puedan generar una base de oportunidades iguales e incluyentes a todos los jóvenes mexicanos y garantizar que éstos tengan acceso a herramientas que la complejidad del presente y la incógnita del futuro requieren.
¿Que la reforma requiere ajustes? Sin duda. ¿Que la reforma ha sido aplicada de manera irregular e, incluso, deficiente, en algunas entidades federativas? Sin duda. Pero esto no debe hacernos perder de vista la trascendencia que tiene para asegurar una cobertura completa y una calidad que cumpla con los más altos estándares para incentivar la formación de ciudadanos que impulsen y fomenten el desarrollo de nuestro país.
Ángel M. Junquera Sepúlveda
Director
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