Introducir las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los procesos de enseñanza-aprendizaje permite el acceso universal a la educación, contribuye a mejorar su calidad, fomenta el desarrollo profesional de los docentes y facilita la gestión, dirección y administración más eficientes del sistema educativo. Roberto Shapiro, presidente de la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (UNETE), explica cómo se logran estos objetivos.
¿Dónde nació la idea de llevar tecnología a escuelas públicas?
En la década de los ochenta, mi abuelo Max Shein Heisler (q.e.p.d) visitó escuelas públicas en Israel y le sorprendió ver cómo los alumnos comenzaban a usar computadoras. Al contrastar esa realidad con México, en 1986 decidió apoyar con computadoras a una escuela pública que él donó a este país en los años cuarenta. La verdad es que era muy prematuro y la escuela no supo bien cómo aprovechar la tecnología, así que mi abuelo tuvo que descansar la idea por una década. Firme con su propósito, a mediados de los noventa decidió incursionar nuevamente en el equipamiento de escuelas públicas. Desde ese momento comenzó a rodar una bola de nieve con el objetivo de mejorar la educación con el uso de la tecnología.
¿Qué tanto creció esa bola de nieve?
Al poco tiempo Max Shein entendió que era necesario institucionalizar el esfuerzo de equipamiento. Así que en 1999 invitó a un grupo de jóvenes entusiastas a fundar UNETE con la misión de mejorar la calidad y la equidad de la educación en México. Recuerdo que fueron nueve fundadores reunidos el 9 de septiembre, a las nueve de la noche, en el noveno piso de un edificio. Dieciocho años después, UNETE ha equipado a más de 8,700 escuelas en todos los estados de la República mexicana. Más de 2.6 millones de alumnos y 100,000 profesores de escuelas públicas han sido beneficiados con esta iniciativa.
Equipar escuelas públicas con tecnología… ¿Con eso es suficiente?
No, por supuesto que no. Equipar es un decir; pareciera que sólo instalamos computadoras en las escuelas, pero realmente el beneficio es integral. Además de instalar computadoras, brindamos conectividad y contenido educativo alineado a planes y programas; capacitamos a los docentes para desarrollar sus habilidades digitales; le damos seguimiento de manera remota a través de una mesa de ayuda; coordinamos actividades con los consejos técnicos escolares, y el beneficio más importante que damos es acompañar de manera presencial a las escuelas durante un ciclo escolar. Hemos visto que el acompañamiento, este apoyo individualizado al docente, le da mucha seguridad para poder integrar la tecnología en su planeación de clase.
A lo largo de todos estos años me imagino que ha logrado entender la complejidad del sector educativo. ¿Cuáles son los retos más grandes que han tenido?
México es un país con grandes carencias. Existe un nivel de dispersión en las escuelas que hace que los recursos que llegan a cada una de ellas sean limitados. En ese contexto, la agenda de inclusión digital que promovemos en muchas ocasiones no es la prioridad, por lo que batallamos bastante en hacerle ver al docente la importancia de la agenda digital. Así que, de manera continua, trabajamos en atender las necesidades de los docentes. Si uno no logra que la tecnología sea una herramienta útil para el docente, que le permita contextualizar su enseñanza, y que lo logre de manera práctica, es difícil que se apropien de ella. Eso nos pone el reto de adecuar la forma en que intervenimos, tomando en cuenta las características de cada escuela.
Hay una gran cantidad de organizaciones de la sociedad civil con una misión vinculada con la educación. Siendo así, ¿qué distingue a UNETE de otras organizaciones?
Equipar escuelas con tecnología no requiere un nivel de complejidad muy elevado. Fácilmente se puede replicar. Yo creo que lo que nos distingue es una vocación por intentar impactar en las habilidades de docentes y alumnos de una manera que se pueda escalar. El nivel de atención a nivel docente que ofrecemos para empoderarlo verdaderamente, nos ha convertido en una organización con vocación de impacto. Eso sí es difícil de imitar. Además, UNETE cuenta con un fortalecimiento institucional como pocas organizaciones en México. Nos congratula haber recibido distinciones como el Premio Nacional de Calidad, el Premio Eugenio Garza Sada, la Medalla José Vasconcelos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Cuando nos evaluó Filantrofilia éramos la organización número 1 de México en fortalecimiento institucional. Detrás de cada una de esas distinciones hay una gran labor de transparencia y rendición de cuentas.
Todo este esfuerzo se lleva a cabo para mejorar la experiencia educativa de los alumnos. ¿Cómo saben que están caminando en la dirección correcta? ¿Cómo miden el impacto?
Ese es un tema que tiene cierto nivel de polémica en el sector, ya que no hay una sola verdad en cuanto a cómo abordarlo. La intuición nos lleva a medir el impacto de la exposición a la tecnología en el rendimiento académico de los alumnos. Sin embargo, en estudios de resultados en las pruebas estandarizadas de ENLACE y PLANEA que hemos mandado hacer nos hemos dado cuenta de un desempeño sobresaliente de las escuelas beneficiadas por UNETE, pero es difícil determinar la causa. Es decir, ¿qué tanto de esa diferencia en desempeño se debe al acceso a la tecnología? ¿Pudiera ser debido a un sesgo en la selección de escuelas? La respuesta es incierta. Por eso creemos que el impacto se debe medir en función del desarrollo de ciertas habilidades. Cuando llegamos a las escuelas realizamos un diagnóstico inicial para determinar el punto de partida en habilidades digitales, integración de las TIC en el proceso pedagógico de docentes, comunicación y trabajo en equipo, entre otras. Al final del ciclo escolar descubrimos el cambio en este tipo de indicadores y lo comparamos contra escuelas control. Así determinamos la forma en que impactamos en los beneficiarios.
¿Cuál es la principal contribución de las TIC a la educación?
Es difícil entender la educación del siglo XXI sin un componente tecnológico. El analfabetismo digital casi es equivalente al analfabetismo tradicional. La tecnología permite individualizar la experiencia educativa de una manera muy eficiente. Además, fortalece el proceso de aprendizaje enormemente al acercar contenidos ilimitados y brindar herramientas didácticas muy poderosas a los alumnos. Alguien que lo explica bien es Andreas Schleicher, director de la prueba PISA, quien afirma que las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje aún tienen que desarrollarse. Sin embargo, mientras la tecnología y la conectividad continúen teniendo un papel central en la vida cotidiana de las personas, un estudiante que no sepa navegar por el mundo digital estará desconectado de la vida económica, social y cultural que lo rodea. Palabras más, palabras menos, la tecnología es vital hoy en día.
¿Los docentes ven a las TIC con buenos ojos? ¿Es cierto que los profesores son los que ponen mayor resistencia?
Las generalizaciones son inexactas y encajonar a 1.8 millones de docentes en México en un solo perfil sería equivocado. En nuestro día a día interactuamos con muchos héroes educativos, personas muy creativas que logran reinventarse, docentes que hacen mucho con poco y que tienen un gran sentido de vocación por enseñar. Pero también interactuamos con docentes que tienen prioridades diferentes. Lo que es un hecho es que pedir a alguien que tiene una trayectoria profesional, que se ha desempeñado en línea con su formación en la escuela normal, a quien por muchos años se le han pedido los mismos resultados, que de repente innove en su quehacer, brindándole apoyos limitados, en un contexto en que sus alumnos dominan mejor que ellos la herramienta didáctica que les pides usar, es una labor retadora. Entiendo por qué pudiera haber resistencia.
¿Las TIC llegaron a reemplazar al docente?
Por supuesto que no. Las TIC no llegaron a reemplazar al docente, pero un docente que no termine por adoptar las TIC tarde que temprano será reemplazado.
La reforma educativa cambió la aproximación de la educción. En ese contexto, ¿cómo se ven las TIC a través del prisma del nuevo modelo educativo?
Más que nunca, las TIC desempeñan un papel transversal en el proceso educativo. El diseño del nuevo modelo educativo contempla el uso de la tecnología desde la formación docente hasta su aplicación práctica para fomentar el principio de aprender a aprender en los alumnos. El reto, por supuesto, está en acercar estos beneficios a todos los estudiantes de una manera en que se puedan empoderar. Esta es la necesidad que estamos atendiendo de la mano del gobierno. Lo que nos gustaría ver es que esta relevancia de las TIC en la educación fuera soportada por presupuestos igualmente relevantes.
Pareciera que UNETE está llenando vacíos que la SEP ha dejado sin atender. ¿No está UNETE haciendo el trabajo del gobierno?
La educación es responsabilidad de todos; no sólo de la SEP. La rectoría de la educación en México sí es de la SEP. El gobierno ha entendido que, mientras más aliados complementen estos esfuerzos y mientras exista una coordinación constructiva, se pueden lograr buenos resultados en equipo. Nosotros hemos sido aliados estratégicos de la SEP desde el momento en que nacimos.
¿Qué aprendizajes se lleva UNETE en este tiempo?
Yo creo que el principal aprendizaje que nos llevamos a lo largo de todos estos años es cómo el gobierno, las empresas y la sociedad civil pueden unir esfuerzos para transformar a nuestro país. Los grandes retos se pueden abatir eficientemente con las soluciones que cada uno de estos actores pone sobre la mesa.
¿Algo que quisiera agregar?
Todo este esfuerzo no se hubiera podido llevar a cabo sin la confianza que cientos de donantes han puesto en nosotros. En especial, me gustaría resaltar la generosidad de instituciones como Nacional Monte de Piedad, Fundación Televisa, SEP, ANTAD, los gobiernos de Puebla, Estado de México y Chiapas, Google, Dell, W.K. Kellogg Foundation así como los miles de individuos que nos apoyan con aportaciones mensuales a través de nuestro programa de socios UNETE. Sin el apoyo de todos ellos, UNETE se hubiera quedado en el tintero.
Deja una respuesta