Como emprendedor y apasionado de la educación, David Stofenmacher —rector de la Universidad Tecnológica Latinoamericana en Línea (UTEL), la primera universidad cien por ciento en línea de México— vislumbró la importancia de implementar la tecnología al proceso de enseñanza-aprendizaje, aun en un momento en el que, para muchos, resultaba poco viable. En esta entrevista explica las peculiaridades de esta modalidad que cada día se impone más en un mundo dependiente de las tecnologías de la información y la comunicación.
¿Cómo se gestó la idea de implementar un modelo educativo digital?
De unos años a la fecha, la tecnología ha crecido con mayor rapidez y es innegable que la evolución digital vino a replantearnos todos los aspectos de nuestras vidas; la educación —entendiéndose como el mayor transformador social— no podía (ni debía) quedarse atrás.
Por ello, la educación en línea surgió como una alternativa para quienes desean continuar su preparación profesional, pero cuyo estilo de vida dista del modelo tradicional o para quienes simplemente intentan nuevas formas de adquirir conocimiento. Es la posibilidad de adaptar el proceso educativo en un entorno digital diseñado específicamente para ese fin.
Dicha adaptación habría de contemplar una nueva metodología para la impartición de las asignaturas, la participación, la evaluación, los materiales y las herramientas, la comunicación entre los involucrados; es decir, implica una reestructuración completa.
Para la Universidad Tecnológica Latinoamericana (UTEL) un modelo educativo en línea no sólo debe vincularse a una pedagogía activa, en la que los estudiantes se involucren en discusiones y procesos de pensamiento para ser capaces de aplicar lo aprendido en su entorno inmediato, sino también debe generar una novedosa experiencia educativa; debe tener la agilidad para adaptarse al cambio y ser hipersensible a la tecnología.
¿A qué le atribuye el creciente interés en este modelo? ¿Cuáles son los principales motivos que han permitido la inserción y el posicionamiento de la educación en línea?
La flexibilidad de que cada alumno pueda organizar sus actividades, gracias a que no es necesario trasladarse a un lugar específico y en un horario determinado, como una alternativa para combatir el rezago y la deserción educativa, en buena medida es por lo que este modelo educativo gana cada día más terreno, pues, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet, 68% de quienes estudian en línea lo hacen por la disponibilidad de horario.
Otra cualidad es el ahorro económico, pues los alumnos no invierten en libros ni en otros materiales educativos. UTEL, por ejemplo, cuenta con nueve bibliotecas virtuales en las que se puede consultar una gran cantidad de materiales digitales que apoyan el estudio. Además, favorece la calidad de vida, con el ahorro de tiempo. Los alumnos de este modelo —al menos para estudiar— no requieren pasar largas horas enfrascados en el tráfico y, por ende, gastar en gasolina o en pasajes.
Conforme ha transcurrido el tiempo, tanto las instituciones como los alumnos hemos descubierto beneficios adicionales, como la posibilidad de incrementar la cobertura y el desarrollo de la oferta académica con mayor certeza de los requerimientos que exige el ámbito laboral, con mayor rapidez y nivel de especialización.
Asimismo, su enfoque pragmático ha permitido la adquisición de conocimientos que fácilmente se puedan aplicar en el entorno laboral, así como el desarrollo de habilidades tecnológicas, simultáneamente a la adquisición de los conocimientos propios de cada disciplina, sin mencionar el nivel de responsabilidad y autogestión que logran adquirir los egresados.
En resumen, considero que en un mundo tan acelerado y en el que se deben cumplir diversos compromisos a la vez, la posibilidad de ser dueño de nuestro propio tiempo y ser cada vez más autónomo es sumamente valorado.
¿Qué porcentaje representa este modelo educativo en el contexto nacional?
De acuerdo con el más reciente estudio realizado por la Asociación Mexicana de Internet, A.C., sobre la educación en línea en México, 36% de las personas que están cursando algún tipo de programa académico lo hace en línea, reforzando otros estudios que proyectan que, a muy corto plazo, la cifra aumentará y cerca de 50% de la educación superior será impartida a través de este modelo.
¿Qué diferencias encuentra entre el estudiante tradicional y el estudiante digital?
El ser humano ha cambiado, ya sea por gusto o por necesidad, por lo cual jóvenes y adultos nos hemos tenido que involucrar con la tecnología. El estudiante en general piensa de diferente manera, ha modificado sus hábitos y ambos modelos educativos tienen implicaciones tecnológicas.
Sin embargo, en cuanto al proceso formativo, podría decir que mientras el alumno tradicional juega —hasta cierto punto— un papel pasivo, recibiendo la información previamente procesada por el profesor, el alumno en línea —creo yo— es más crítico y ambicioso de la información, pues sabemos que busca fuentes adicionales. Además, el formato de aprendizaje basado en casos le exige cuestionar todo, investigar, contraponer y proponer alternativas.
¿Cómo cree que lo anterior ha modificado el papel del docente?
Si bien este modelo educativo se caracteriza por fomentar la autogestión del alumno, el profesor es el vínculo más importante entre la información y el aprendizaje. Por esta razón su papel se encuentra estrechamente relacionado con la tarea de guiar al alumno en la búsqueda correcta de información para construir un mejor conocimiento.
Además de su función de facilitador del proceso, generador de la interacción y del uso de las herramientas de aprendizaje, también juega un papel muy importante como motivador.
Se caracteriza por estar comprometido con los estudiantes en la exploración de las nuevas tecnologías y en la solución de problemas. Asimismo, promueve el análisis y el debate de los estudiantes entre sí, utilizando instrumentos digitales.
¿Cuáles son los retos que ha logrado vencer la modalidad en línea y cuáles quedan por superar?
Sin lugar a dudas, el temor a lo desconocido, a lo novedoso. Erróneamente se cree que es un modelo para jóvenes; sin embargo, las instituciones educativas hemos hecho esfuerzos por hacer plataformas cada vez más amigables.
Por supuesto que las dudas acerca del proceso y, sobre todo, de la validez, han sido recurrentes, por eso nos ocupamos en ser muy transparentes al respecto y mostrar que efectivamente tenemos el respaldo de la autoridad educativa, que, por su parte, tiene interés en mantener los estándares y asegurar la calidad permanente.
Asimismo, hemos trabajado en despejar la creencia de que es más sencillo que estudiar una carrera presencial, lo cual es completamente relativo, pues existen muchas variables no sólo del grado y el programa académico que se trate, sino de las capacidades y la disposición del alumno.
No pretendemos suplir la educación tradicional. Nuestro papel es enriquecerla y transformarla; por eso diariamente trabajamos en perfeccionar nuestro sistema, para que siga brindando la oportunidad a más personas de conseguir sus objetivos académicos.
¿Cómo ha participado la UTEL en la transformación del panorama nacional de la educación en línea?
La UTEL fue pionera como institución educativa en línea. Eso no existía en México hace 11 años que se inició con la idea; nunca fuimos una institución tradicional, sino que siempre pensamos en este modelo, en romper un sinfín de paradigmas que envuelven a la educación.
Innovamos los procesos, incluso de matriculación. Hemos participado activamente en cambiar la perspectiva de los mexicanos con respecto a la participación tecnológica en los procesos educativos, que en otros países ya está instaurada.
Adaptándonos a la tendencia móvil y con 81% de los internautas conectándose regularmente a través de un Smartphone, hemos integrado el uso de la gamification a través de EdUTEL, una aplicación que ofrece una experiencia diferente y que permite mejorar el desempeño escolar, interactuar de forma cotidiana con compañeros y maestros y tener información on the go sobre las calificaciones, los exámenes y las tareas pendientes.
Actualmente contamos con cuatro doctorados, 25 maestrías, 26 licenciaturas, 19 programas internacionales y preparatoria, todos cien por ciento en línea. Nos avalan nuestros 27,000 estudiantes en 32 países, 800 profesores, más de 11,000 graduados y un equipo de 1,200 colaboradores que trabajamos día a día para mejorar la educación en línea.
David Stofenmacher Berenstein es sociólogo y emprendedor. Su trayectoria profesional siempre ha estado ligada al ámbito educativo y tecnológico.
Su interés por llevar educación de calidad a lugares donde la oferta es limitada lo llevó a desarrollar la UTEL, una opción innovadora enfocada en permitir a las personas que desean crecer profesionalmente, el aprovechamiento y la utilización de la tecnología como medio de aprendizaje.
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