Ángel Díaz Barriga
Ediciones Pomares, Barcelona, 2005
Este libro está elaborado con base en la actividad docente y para los docentes. Los temas que trabaja se organizan en seis capítulos. En el primero se hace una disección de la conformación histórica de los programas de estudio. La aproximación del autor parte de una revisión de la evolución de la didáctica y de un acercamiento a los planteamientos de la pedagogía pragmática y, en particular, a los temas vinculados con la problemática curricular.
En el siguiente capítulo se aborda un tema al que se le ha dedicado poca atención en el campo del currículum y, por ende, de los programas: la dimensión institucional. Finalmente, como expresa Kliebard, la teoría curricular nace con un conjunto de compromisos burocráticos. En la esfera de la supervisión escolar y del “control” del desempeño de docentes y estudiantes se estructuran los intereses fundamentales del campo del currículum. De ahí que se produzca una tensión en el ámbito del currículum y de los programas entre los requerimientos de la institución educativa y las demandas del quehacer docente.
Por su parte, el capítulo tercero se orienta hacia un análisis de las estructuras que pueden tener los programas de estudio, de acuerdo con las distintas funciones que cumplen en el ámbito escolar. Es una traducción al ámbito técnico de problemas de orden institucional y de orden pedagógico. En él se tratan de preservar de distinta forma los intereses de ambas dimensiones, pero se busca fundamentalmente recuperar el programa para el docente, que ha sido visto solamente como un ejecutor de programas, situación que cancela el sentido de su práctica profesional y su misma dimensión intelectual. Por estas razones, el autor propone tres tipos diferenciados de programas: el del plan de estudios, el de academias o cuerpos docentes y el de cada docente.
El capítulo cuarto tiene como finalidad analizar el problema del orden y la secuencia en los contenidos, así como el sentido educativo de los mismos. La selección y la organización del contenido siguen siendo temas básicos en el tratamiento didáctico de los problemas de la enseñanza; sin embargo, aún estamos lejos de tener un planteamiento que resuelva la magnitud de esta problemática. El desarrollo del conocimiento, la generación de explicaciones diversas sobre los procesos de construcción, elaboración o adquisición del mismo, y la integración de las series de conocimientos que reclama la realidad, constituyen nudos sobre los que hay que trabajar.
El quinto capítulo lleva cabo una minuciosa aproximación al problema del método. Innegablemente, éste es un elemento central para el desempeño docente. El método se relaciona con los contenidos, con las condiciones particulares de una institución educativa e, incluso, con las mismas determinaciones de la política y la administración escolar, mientras que su riqueza se encuentra en la forma en que el docente construya su propuesta metodológica con base en la pasión por la educación y la identificación de los problemas que tiene la actividad en el aula. Sensibilidad, pasión, experiencia y formación conceptual son ingredientes para una propuesta metodológica en la que se recupere la “imaginación creadora” de los docentes, cuatro ejes sobre los cuales gira la reflexión en este capítulo.
Finalmente, la obra aborda los problemas derivados de la evaluación del aprendizaje. En particular, se realiza un acotamiento desde la perspectiva del examen, puesto que sigue constituyendo una forma particular de realizar las tareas de evaluación.
En síntesis, este material retorna una serie de temas clásicos de la educación y les da un tratamiento diverso, con la intención de influir en la concepción que tengan los docentes y los especialistas en educación sobre algunos aspectos vinculados con los programas y, al mismo tiempo, colaborar en la realización de actividades diferentes en el ámbito escolar.
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