Los problemas que enfrenta la juventud mexicana y el hecho de que se haya convertido en el sector de la población más disputado por el crimen organizado pone de manifiesto la urgencia de implementar, desde el gobierno federal, un programa de que les permita a los jóvenes mirar con optimismo el futuro. Así lo sostiene Esteban Moctezuma Barragán, encargado de los temas educativos en la plataforma política de Andrés Manuel López Obrador.
Cuando a finales del año pasado Andrés Manuel López Obrador anunció que, de ganar la presidencia, usted sería el secretario de Educación Pública hubo extrañeza, casi conmoción, dada su trayectoria en el PRI. ¿Por qué decide unirse a la coalición de Morena?
En 2017 Andrés Manuel López Obrador me invitó para ayudarlo y asesorarlo en la construcción del plan de gobierno en materia de desarrollo social, por la experiencia que tuve cuando fui secretario de Desarrollo Social, y porque estoy en una fundación que se dedica fundamentalmente al ámbito social. Frente a la consolidación de la propuesta de Andrés Manuel en el ámbito electoral, veía muy claro que iba a ganar la Presidencia de la República. Por eso acepté, para ayudarlo a él, y me integré a un grupo de asesores que coordina Alfonso Romo en el que estamos más de 100 personas de diferentes ámbitos, pero todos apartidistas, pues de hecho no entré a Morena.
Me aboqué a elaborar el programa de desarrollo social y lo presenté junto con los demás coordinadores en una asamblea de Morena en el Auditorio Nacional. Después de exponer el programa de desarrollo social, que incluía el de jóvenes, salud y deporte, Andrés Manuel me preguntó si lo podía apoyar exclusivamente en el tema educativo, que no era parte del programa de desarrollo social. De este modo me enfoqué en el nuevo programa educativo.
En la presentación del Proyecto Nacional de Morena 2018-2024 habló del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. ¿Cuáles son las principales características de este programa?
El elemento principal es que en el gobierno federal exista un programa especialmente para jóvenes, pues durante muchas décadas no ha existido. La juventud mexicana está muy presionada, muchas veces deprimida, tiene demasiada información y pocas oportunidades, y hasta el crimen organizado se disputa a los integrantes de este grupo de edad. Si no los cuidamos, no tendremos un futuro sólido como país.
Andrés Manuel López Obrador se va a enfocar de tiempo completo en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro; será uno de sus programas estrella para sacar adelante, sobre todo, a esa población que llaman ninis, porque no estudian ni trabajan, y no porque no quieran, sino porque no tienen la oportunidad de hacerlo, o por su condición; por ejemplo, en el caso de las mujeres, la mayoría que está en la circunstancia de ser madres no puede trabajar ni estudiar.
Se les va a dar todo tipo de facilidades para que puedan hacerlo; se va hablar con las empresas para que capaciten al mayor número de jóvenes posible, y se les va a pagar una beca a estas empresas para que, a su vez, ellas paguen a estos aprendices para que puedan desarrollar nuevas competencias y estén certificados por las propias empresas y que los que quieran estudiar también tengan un espacio con una beca.
Uno de los temas importantes que ha suscitado polémica es el de los rechazados por las universidades…
Es porque no se ha entendido bien. No se trata de forzar a las universidades de manera arbitraria a que admitan absolutamente a todos. Se trata de elaborar un programa coordinado por medio del cual se expanda la oferta, para que haya muchas más oportunidades con el fin de que los jóvenes estudien, para que también se fortalezca la educación a distancia con tutoría donde participen las escuelas y las universidades privadas con el objetivo de que más jóvenes estudien.
Esto debe incluir un cambio de valorización de las carreras. En México, las más valoradas son las que menos se van a necesitar en el futuro. Entonces requerimos fortalecer el interés de los estudiantes por carreras que sí se van a precisar, que no tienen tanta demanda en la actualidad y que incluso cuentan con espacios abiertos para que entren nuevos estudiantes. Estamos hablando de cosas más novedosas, de avanzada: genómica, ingenierías duras, todas esas materias que surgirán en el mundo de la innovación y de la sociedad del conocimiento.
Se habló de que este programa planea becar a unos 2,300,000 jóvenes. ¿Éstos serían adicionales a los casi 3,000,000 que ya están estudiando hoy en día educación superior?
Sí, serían adicionales. Es una beca nueva para los jóvenes más vulnerables y para este universo que se conoce como nini.
Hay inquietud sobre cómo se lograría este objetivo. ¿Se piensa en bonos o en vouchers, subvencionando los estudios de educación superior donde el joven elija estudiar?
El sistema de becas existe desde siempre. El propio programa que nació como Progresa y que ahora se conoce como Prospera, ofrece becas a muchísimas personas y a muchos estudiantes. Y muchas organizaciones sociales proporcionan becas de manutención directas.
Los estudiantes de escasos recursos dejan de estudiar porque no tienen dinero y deben contribuir al gasto familiar; otros dejan de hacerlo porque, aunque no contribuyen al gasto familiar, no tienen dinero para sufragar sus estudios. Ser estudiante significa transportarse, lo que implica un gasto diario importante; significa también comer fuera de casa, comprar libros. También implica tener amigos y salir con ellos a tomar un refresco; esto es, se requiere un mínimo de gasto para ser estudiante. Y las becas cubren sus gastos de manutención.
Fundación Azteca tiene programas educativos muy reconocidos por sus resultados, como Escuelas Azteca, las orquestas infantiles, los talleres de robótica y tecnología aplicadas a la educación, etcétera. En resumen, hay logros importantes que apuntan hacia la calidad educativa y el desarrollo integral. ¿Considera que se podrían alcanzar estos resultados con programas de este tipo a gran escala en el sistema educativo mexicano?
Tengo una máxima que dice: “Más vale practicar que predicar”. En México muchas veces los proyectos no se llevan a cabo porque la gente se mantiene a la espera el presupuesto; todo el mundo quiere tener primero el dinero y luego realizar el proyecto. Pero un buen proyecto siempre jala dinero; por lo tanto, si tenemos un buen proyecto educativo vamos a tener presupuesto.
También hay muchas cosas que sirven para la educación que no cuestan dinero; por ejemplo, el programa Diseña el Cambio educa a las niñas y a los niños a empoderarse y a realizar un proyecto para su escuela, el cual nace de su cabeza con cuatro palabras: “siento”, después “imagina”, luego “comparte” y por último “hazlo”. Esto le enseña a los niños a realizar proyectos específicos. Pongo el ejemplo de un niño de Tabasco que sintió mucho calor, así que imaginó una gran palapa, compartió la idea de construir la palapa en el patio de la escuela con sus compañeros y una vez que existió el proyecto, resultó que algún papá tenía el material, otro era albañil, otro más tenía madera para hacer el tronco central. De esta manera, se organizaron y una semana después ya había una gran palapa que cubría a los niños de esa escuela. Ese niño y ese grupo de niños aprendieron que no necesitan esperar a que los adultos les resuelvan la vida para empezar a trabajar o a cambiar las cosas.
Se pueden hacer muchas cosas sin presupuesto. También creo que todo esto contagia y que vamos a tener una gran participación social en el cambio educativo de fondo.
En el Proyecto Nacional de Morena 2018-2024 también se delinea brevemente una visión sobre ciencia y tecnología. ¿Qué se proyecta hacer al respecto?
Ningún país puede crecer sobre bases sólidas si no tiene ciencia, tecnología e innovación; ningún proyecto es desarrollable y modernizador si no tiene como sustento lo que llaman la triple hélice de Etzkowitz (vinculación entre la universidad, los estados y el sector productivo).
Es necesario impulsar vincular a las universidades con el sector productivo, con el gobierno y con los institutos de investigación; pero es muy importante que el impulso de esta investigación se lleve a cabo de la mano de las empresas.
Una de las metas sería expandir esto s vínculos. Pero otro aspecto muy importante es empezar a apoyar a los estados más atrasados, sobre todo a los del sur, porque mucha innovación va estar relacionada con actividades que se pueden desarrollar en cada estado en particular. Por ejemplo, Chiapas posee recursos que pueden agotarse si no se usan bien y podrían constituir la solución para el desarrollo del estado. Me refiero a sus recursos hídricos, a su naturaleza, a su fauna. Ahí la innovación debería ir orientada hacia el turismo y hacia los servicios.
¿Por qué a Morena no le gustó la reforma educativa? ¿Qué cambiaría de esta reforma?
Lo importante es tener un sector educativo en el que haya un acuerdo entre todos los participantes. Los procesos de las reformas que se dieron en los últimos años ocurrieron sin consultar al magisterio, lo que generó un gran malestar por sus resultados, porque prácticamente la reforma educativa se igualó a la evaluación que el maestro llama punitiva: una evaluación que se amarró a la permanencia en la plaza. Esto trajo muchos problemas: uno serio fue que en estos últimos tres años hubo alrededor de 150,000 maestros que perdieron su prejubilación o su jubilación; otro fue que la matrícula de las escuelas normales en el país disminuyó 25% y ser maestro dejó de ser algo socialmente bien visto porque alrededor de la reforma también hubo una campaña propagandística contra el maestro, como si éste hubiese tenido toda la culpa de lo que estaba pasando en el sector educativo. Eso es abominable y hay que revertirlo: hay que revalorar la función magisterial y conceder al maestro el verdadero lugar que le corresponde.
He trabajado mucho con maestros y siempre sostendré que dan más de lo que reciben; por otra parte, no se puede identificar a un grupo de profesores con todo el magisterio. Y se cometió ese gravísimo error. Así que hay que revalorar la función magisterial, lo cual evidentemente pasa por revisar la evaluación docente.
¿Cómo se debe evaluar a un maestro?
Una evaluación pertinente tiene que ocurrir después de la capacitación, y no antes. Primero se deben proporcionar a los profesores los nuevos materiales, los nuevos enfoques y todas las herramientas que requieren para ejercer su labor. Sólo entonces se le evalúa, pero no para castigarlo sino para que mejore. Y además de calificar sus conocimientos, se debe evaluar la relación que establece con su grupo; se le tiene que evaluar observándolo mientras da clases; incluso, grabándolo, para verificar cómo imparte esas clases. Es, pues, muy importante, que además de que el maestro tenga conocimientos, sepa transmitirlos, muestre empatía con sus alumnos y les dispense un trato personalizado.
La evaluación que se ha realizado hasta este momento se ha llevado a cabo exclusivamente por medio de exámenes universales, de opción múltiple, estandarizados, lo que quiere decir que se califica del mismo modo a un maestro que da clases en la Sierra de Motozintla, Chiapas, que a un maestro que imparte clases en el área metropolitana de la Ciudad de México. Sin duda, tiene que haber diferenciación. El magisterio no está renuente a ser evaluado. La mayoría de los profesores está de acuerdo en que se les califique, pero mediante una evaluación pertinente, completa e integral.
En los medios de comunicación hubo una polémica en torno de las respuestas que ustedes enviaron al foro “10 por la Educación” porque aseveraron que enriquecerían o modificarían aspectos de la reforma educativa. Fue como un aval tácito de la reforma educativa. ¿Está de acuerdo con esta apreciación?
Quien leyó estos documentos no leyó bien. Y de esa lectura errónea dedujeron que estábamos de acuerdo con la reforma educativa. Lo que estamos proponiendo nosotros es muy diferente. Como ya lo mencioné, sugerimos una evaluación pertinente, completa e integral. Cuando hablamos de inglés, por ejemplo, obviamente pensamos que ese idioma es una herramienta fundamental para cualquier estudiante, y cuando vieron que nosotros sí vamos a proporcionar clases de inglés entonces dijeron que estábamos de acuerdo con la reforma educativa. Nada más le recuerdo que durante la campaña del año 2000 fuimos nosotros los que propusimos la inclusión de cómputo e inglés en las escuelas públicas. ¡Que no nos vengan a decir que es un tema original de la reforma educativa!
¿Quisiera agregar algo?
Me gustaría terminar diciendo que quienes hemos sido propuestos por Andrés Manuel López Obrador para las secretarías de Salud, de Desarrollo Social, de Educación Pública y de Hacienda estamos trabajando de manera coordinada en un programa de educación inicial, para niños de 0 a 5 años de edad en el que se incluya el cuidado durante el embarazo, la nutrición, los ejercicios, la información… Y pugnamos por que la escuela no sólo sea para los alumnos, sino que se convirtierta en un centro de aprendizaje para la población en general y también en un centro deportivo para que la escuela vuelva a asumir las funciones de activación física, el deporte escolar, la lucha contra la obesidad, y lo todo lo que tiene que ver con cuestiones preventivas de enfermedades del corazón y diabetes.
Siempre habrá carencia de recursos, siempre habrá obstáculos; pero si hay proyectos claros debemos impulsarlos con denuedo.
Esteban Moctezuma Barragán es licenciado en economía y Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, con maestría en economía política por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, y diplomado en desarrollo regional en Tokio, Japón.
Fue secretario de Desarrollo Social, senador de la República, secretario de Gobernación y subsecretario de Educación. También fue impulsor de varias iniciativas legales para la adopción plena de menores, para la creación del servicio civil de carrera y para prohibir la promoción de la imagen de funcionarios con recursos públicos. Asimismo, se ha desempeñado como presidente de Fundación Azteca y es autor de importantes obras sobre educación, globalización y administración pública.
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* Escuela de Pedagogía, Universidad Panamericana, campus Ciudad de México. Entrevista realizada el 29 de mayo 2018 en las oficinas de Fundación Azteca.
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