Jaime Labastida
SNTE, México, 2019
En Lección de poesía, Jaime Labastida presenta uno de los temas que después de 26 siglos sigue vigente: la indagación acerca de si es posible o no enseñar la virtud (areté) y la poesía. A esa inquietud le sigue la pregunta que da inicio al libro: “¿Es posible dictar una lección de poesía?” El autor deriva un sí, en cuanto que es posible dar una lección sobre la historia. Entonces es viable enseñar una técnica (techné) para hacer versos y una lección para leer poesía y conocer poetas; sin embargo, el libro resulta un hallazgo no esperado cuando el autor declara: lo que no puede enseñarse es a ser poeta. La poesía es cercana, pero se aleja en un silencio en movimiento, porque “nadie puede enseñar a otro, en rigor, a ser poeta”.
Pero ¿qué es la poesía? Labastida coincide en que no hay definición sino experiencia transformadora, vital y abierta a todos. En El arco y la lira (1983) Octavio Paz comienza con una conocida aproximación a lo que es la poesía, y como los ríos que confluyen en el océano, así las palabras de Paz confluyen con esta Lección: “La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo; la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual; es un método de liberación interior”. La capacidad de ser una experiencia transformadora ya está anunciada en el término que proviene del verbo poieo, que significa hacer; un hacer que se vuelve creación hasta devenir en “hacer algo nuevo con las palabras”. La secuencia de los 11 capítulos que siguen será un despliegue acerca de cómo es hacer algo nuevo, cómo es crear con la palabra y qué constituye el acto poético. La frase poética, la imagen, la metáfora, las figuras y los recursos poéticos, el ritmo, la tipografía, la estructura, el tema, las escuelas y los estilos, las conclusiones, la antología poética y un glosario, se enlazan para ser las herramientas que permitirán al lector de esta Lección amar y leer poesía. La promesa en el libro es inconmensurable: Labastida la cumple.
El corazón pulsante de la poesía nos envuelve. Ahí está presente la frase poética en la que confluyen la metáfora, la imagen, el sentido, la musicalidad rítmica, que llegan y seducen al lector de poemas. Por ejemplo, en la metáfora reside uno de los distintivos del poema que despierta la sensibilidad estética en el lector. Labastida lo expresa así: “La metáfora se vale, insisto, de comparaciones”. En esas imágenes que asisten a la comparación hay un entramado de ritmo; no sólo es significado que está presente en las palabras, sino que ellas mismas son “materia fónica, vibran y viven”. El ritmo es el aroma del poema, ese aroma avisa de un sentido, y de la manera cómo se organiza lo que no queda aprisionado por una estructura. Aunque el poema mismo lleva un desarrollo y un desenlace, Labastida lo enuncia como la estructura que ayuda al sentido a las frases poéticas que ya está imbuida de sentido. La Lección de poesía hace un recuento esencial de las escuelas y los estilos y apuntala el recorrido con una selección de poetas y de poesía, en una breve antología (pp. 103-140). El recuento es panorámico y no pretende ser exhaustivo. No es su propósito. Sin embargo, destaca algo que sí es contundente en esta lección de poesía y revela por qué un libro así ha sido publicado en una colección que elogia a la educación. Un aporte ineludible está en estas palabras: “El propósito de esta Lección de poesía es lograr que profesores y alumnos dediquen un tiempo largo de su vida a leer y amar la poesía, a esta grata tarea que consiste en comprenderla y gozarla; acaso, ¿por qué no?, en escribirla”.
Xicoténcatl Martínez Ruiz
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