Pedro Ayala Ruiz
Ediciones Michoacanas, México, 2017
La educación no sólo está presente en las escuelas, sino que se encuentra en todas las actitudes y las acciones que tienen las personas frente a la vida: es el proceso mediante el cual interactuamos entre nosotros y con el contexto inmediato. En los últimos 20 años ha habido un boom de universidades en México; sin embargo, sigue habiendo casos de conductas que dañan a la sociedad, como malversación de fondos, acoso laboral, corrupción, negligencia, entre otras.
La enseñanza, entendida como el hecho de memorizar una gran cantidad de datos, no es suficiente para crear un buen ciudadano. Según Pedro Ayala Ruiz, una educación integral incluye la enseñanza de valores morales: “La educación no se debe concebir sin valores, de lo contrario nos encontraremos con profesionistas sin ética, quienes causan más daño a la sociedad que la ayuda que le pueden brindar”. En una sociedad en la que la tecnología hace posible un sinfín de cosas, es fundamental inculcar valores para encauzar sus alcances.
Cabe mencionar que la presente es una edición del autor, por lo que puede traer consigo faltas ortográficas y ser desordenada. Sin embargo, apunta a un tema de máxima importancia. La falta de valores en la educación concibe la enseñanza como una actividad formadora de seres humanos, no sólo en la esfera intelectual o en el progreso personal, sino también en el desarrollo moral. El libro, valiéndose de conceptos filosóficos, antropológicos y psicológicos, hace una revisión de los problemas fundamentales de la educación en México y los relaciona con la falta de instrucción moral en la enseñanza.
El autor se vale del contexto mexicano para hacer su análisis. Menciona el pobre rendimiento que tiene el país en las pruebas estandarizadas (particularmente en el examen PISA), el fracaso de la educación pública por alcanzar a la privada en sus niveles de enseñanza, y cómo es que no hay una verdadera participación de los padres de familia cuando se trata de la formación de sus hijos.
Las despreocupaciones en torno de la educación pública devienen en fuga de cerebros, y esta última, en una economía dependiente, destinada a la exportación de recursos naturales para su procesamiento e importación de productos a precios exorbitantes.
Pedro Ayala hace un llamado a ver la situación actual de la educación en el país y muestra cómo plantear un mejor sistema de enseñanza: “La educación pública en México plantea una urgente y doble exigencia que puede parecer contradictoria […]: debe transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de valores y conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognoscitiva, porque son las bases de las competencias del futuro”.
En estos tiempos cuando se nos presenta una reforma educativa en la que se da especial énfasis al desarrollo humano en cuanto a toma de decisiones y el autoconocimiento, es propicio cuidar los valores que se inculcarán a estas nuevas generaciones. De tal forma que “con una educación humanizada y con valores, impartida desde todos los sectores sociales, establecimientos educacionales […] desde el Estado mismo y desde el grupo familiar, es posible reconstruir una nueva sociedad, más sensible, más amorosa, más creativa y más honrada de la conciencia que la distingue…”
La temática del libro resulta tan importante para la época actual mexicana que sería espléndido que algún grupo editorial se interese en él, pues su difusión es necesaria.
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